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Bayer: Entre la recuperación y la duda permanente

A comienzos de 2024, muchos inversores —yo entre ellos— vimos en Bayer una oportunidad que parecía razonable. La compañía afrontaba un castigo bursátil evidente tras años de litigios en Estados Unidos por los productos heredados de Monsanto, pero su tamaño, su diversificación y su papel histórico en los sectores farmacéutico y agrícola invitaban a pensar que el mercado había exagerado. Compré acciones en torno a los 35 euros convencido de que la situación, aunque delicada, sería manejable.


Con el paso de los meses quedó claro que no sería tan sencillo. Los pleitos relacionados con el herbicida Roundup resultaron más numerosos, más complejos y mucho más costosos de lo que la mayoría anticipaba. Bayer tuvo que destinar miles de millones a indemnizaciones y ampliar provisiones en varias ocasiones, lo que generó dudas sobre su capacidad para acotar el problema. Cada sentencia desfavorable se traducía en nuevas caídas en la cotización, y la acción pasó a depender más de los tribunales estadounidenses que de la evolución de sus negocios.


Sin embargo, Bayer tiene una sorprendente capacidad para recuperar terreno en momentos que parecen decisivos. En los últimos meses, el panorama ha cambiado ligeramente: el Gobierno de Estados Unidos respaldó que el Tribunal Supremo revise el enfoque de los litigios, y esa posibilidad abrió la puerta a una reducción del impacto legal futuro. El efecto en bolsa fue inmediato. La mera expectativa de que las responsabilidades puedan ser reinterpretadas, limitadas o revisadas ha devuelto un aire de optimismo que la compañía no veía desde hacía tiempo.


Ahora bien, este repunte plantea una cuestión esencial: ¿estamos ante un cambio de tendencia o simplemente ante un alivio temporal? Las cifras siguen recordando que el problema no está resuelto. Bayer mantiene por delante un número considerable de demandas y, aunque sus negocios principales continúan generando ingresos sólidos, el lastre judicial sigue siendo el principal factor que condiciona su valoración en bolsa.


Para quienes entramos en el valor en 2024, la situación actual invita a una reflexión serena. Tras un periodo marcado por sobresaltos y noticias judiciales constantes, aprovechar el repunte para consolidar ganancias no parece una decisión precipitada, sino un ejercicio de orden y disciplina inversora. Bayer podría avanzar si el Tribunal Supremo ofrece un marco más favorable, pero también es cierto que cualquier giro en sentido contrario puede reactivar la volatilidad que ha caracterizado a la acción en los últimos años.


Conviene destacar que Bayer continúa ocupando una posición relevante en dos sectores estratégicos: el farmacéutico y el agrícola. Sus productos tienen presencia global y su capacidad de generar ingresos sigue siendo elevada, incluso en un entorno exigente. Pero la compañía opera bajo una presión extraordinaria, donde cada avance regulatorio o judicial puede modificar las expectativas de los inversores en cuestión de días.


Mi impresión es que la compañía seguirá moviéndose en una franja delicada, donde los avances legales convivirán con dudas persistentes. Es un valor que puede ofrecer alegrías, pero exige una tolerancia al riesgo que no todos los inversores desean mantener. En ocasiones, salir con ganancias tras un periodo tan inestable es, simplemente, un buen cierre.


Bayer avanza, pero todavía bajo la sombra de sus propios litigios. Y para muchos, esa sombra pesa más que cualquier repunte bursátil.

07.01
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1 Comentario

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Thanks for the article. That sums up the current situation quite well. The future is really very difficult to predict.

It was a big mistake not to isolate the (known) risks from the Monsanto takeover by creating legally and liability-wise independent subsidiaries for individual risk products.
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